O espazo é un elemento esencial en calquera proxecto educativo e debe ser tido en conta. As calidades pedagóxicas dos espazos foron consideradas por Loris Malaguzzi –fundador da filosofía das escolas de Reggio Emilia– o motor dunha renovación xeral na concepción da aprendizaxe. O espazo é, segundo o autor "o terceiro mestre", e debe brindar á infancia, a través do seu deseño arquitectónico e o seu equipamento, un ambiente coidado, estimulante e dinámico, que se adapte aos intereses da infancia, tamén en continua transformación.
Os espazos son relevantes educativamente falando porque son espazos de acción, interacción e convivencia. Teresa Romañá Blay sinala que a territorialidade, a significatividade, a habitabilidade e a comunicabilidade dos espazos constitúen así un «armazón» no que as persoas se constrúen e, ao mesmo tempo, un referente primario do construír educativo.
Con esa idea dun espazo en continua transformación, que poida ser construído (e deconstruido) , levamos a cabo un proxecto de creación de espazos efémeros con pranchas de cartón. Realizouse nun parque a onde os nenos e nenas transportaron os cartóns que conformarán multitude de espazos, percibidos e imaxinados, a partir do xogo simbólico. Observamos como a infancia experimenta co material e as súas posibilidades de configuración, o que conduce a unha procura de espazos amables, de coidado e benestar nun continuo fluxo creativo.
O espazo público é modificado temporalmente con elementos lúdicos e de goce. Estes elementos lúdicos ábrense á desorde e reconfiguan o pracer de estar xuntos, reivindicando un dereito negado polas políticas de planificación administrativas que non contan coa voz da infancia. Nese sentido, esta acción tamén supón un cuestionamento á imposición dos espazos e elementos que restrinxen a creatividade dos nenos e nenas. Implica por tanto unha dimensión social: formar unha cidadanía crítica que participe nos procesos de construción da súa contorna.
Ser espacio
El espacio es un elemento esencial en cualquier proyecto educativo y debe ser tenido en cuenta. Las cualidades pedagógicas de los espacios fueron consideradas por Loris Malaguzzi –fundador de la filosofía de las escuelas de Reggio Emilia– el motor de una renovación general en la concepción del aprendizaje. El espacio es, según el autor "el tercer maestro", y debe brindar a la infancia, a través de su diseño arquitectónico y su equipamiento, un ambiente cuidado, estimulante y dinámico, que se adapte a los intereses de la infancia, también en continua transformación.
Los espacios son relevantes educativamente hablando porque son espacios de acción, interacción y convivencia. Teresa Romañá Blay señala que la territorialidad, la significatividad, la habitabilidad, la comunicabilidad de los espacios constituyen así un «entramado» en el que las personas se construyen y, al mismo tiempo, un referente primario del construir educativo.
Con esa idea de un espacio en continua transformación, que pueda ser construido (y deconstruido) , llevamos a cabo un proyecto de creación de espacios efímeros con planchas de cartón. Se realizó en un parque a donde los niños y niñas transportaron los cartones que conformarán multitud de espacios, percibidos e imaginados, a partir del juego simbólico. Observamos como la infancia experimenta el material y sus posibilidades de configuración, lo que conduce a una búsqueda de espacios amables, de cuidado y bienestar en un continuo flujo creativo.
El espacio público es modificado temporalmente con elementos lúdicos y de disfrute. Estos elementos lúdicos se abren al desorden y reconfiguan el placer de estar juntos, reivindicando un derecho negado por las políticas de planificación administrativas que no cuentan con la voz de la infancia. En ese sentido, esta acción también supone un cuestionamiento a la imposición de los espacios y elementos que restringen la creatividad de los niños y niñas. Implica por lo tanto una dimensión social: formar una ciudadanía crítica que participe en los procesos de construcción de su entorno.