“O noso mundo é un mundo no que reina a falta de coidados”, The Care Manifiest
Cando pensamos nos coidados esquécesenos, moitas veces, a importancia do espazo construído (cidades, pobos, edificios) para a creación de relacións e vínculos entre os seres vivos que permitan axudarse os uns aos outros.
As nosas cidades, tras décadas de industrialización, son lugares nos que os coidados non se tiveron en conta. Primouse un modelo de cidade orientado á produtividade, que borra a todas aquelas persoas (xeralmente mulleres) que se fan cargo dos seus habitantes e que manteñen todo en orde e funcionando (as casas nas que vivimos, os alimentos que consumimos, a roupa que vestimos...).
En consecuencia, as cidades son deseñadas sen ter en conta os espazos públicos e cada vez é máis difícil alcanzar un sentido da vida desde a comunidade. Como sinala Chinchilla (2021), "poder elixir onde sentar e descansar, usar un baño público, beber auga limpa sen pagar, respirar aire non contaminado, divertirse sen consumir ou pasear sen mollarse cando chove son grandes fazañas nas cidades actuais".
Para esta proposta decidimos construír unha cidade de papel sobre a parede. Primeiro, empregando o debuxo colaborativo, debuxamos os edificios nos que vivimos nun papel e a continuación ás persoas e outros seres vivos que os habitan.
Recortadas as formas distribuímolas no espazo, pegándoas na parede a modo de mural. Unha vez situadas, reflexionamos sobre conectar unha casa coa outra e a repensar a cidade desde os coidados e desde a accesibilidade. Quen nos coida no noso día a día? que percorridos levan a cabo na cidade? Trátase de facernos conscientes dos traxectos das persoas cando nos acompañan, nos fan a comida, nos compran algo, ou comparten o seu tempo connosco. E nós, a quen coidamos?
O mural en colaxe permite tamén modificar a cidade e xogar así desde a utopía, redistribuíndo os espazos e edificios para crear unha cidade que privilexia os coidados. Trátase de xerar unha cidadanía crítica que participe no deseño da súa contorna, desde unha mirada colectiva, contribuíndo a conformar espazos de calidade para todas as persoas que os habitan.
La ciudad de los cuidados
“Nuestro mundo es un mundo en el que reina la falta de cuidados”, The Care Manifiest
Cuando pensamos en los cuidados se nos olvida, muchas veces, la importancia del espacio construido (ciudades, pueblos, edificios) para la creación de relaciones y vínculos entre los seres vivos que permitan ayudarse unos a otros.
Nuestras ciudades, tras décadas de industrialización, son lugares en los que los cuidados no se han tenido en cuenta. Se ha primado un modelo de ciudad orientado a la productividad, que borra a todas aquellas personas (generalmente mujeres) que se hacen cargo de sus habitantes y que mantienen todo en orden y funcionando (las casas en las que vivimos, los alimentos que consumimos, la ropa que vestimos...).
En consecuencia, las ciudades son diseñadas sin tener en cuenta los espacios públicos y cada vez es más difícil alcanzar un sentido de la vida desde la comunidad. Como señala Chinchilla (2021), "poder elegir dónde sentarse y descansar, usar un baño público, beber agua limpia sin pagar, respirar aire no contaminado, divertirse sin consumir o pasear sin mojarse cuando llueve son grandes hazañas en las ciudades actuales".
Para esta propuesta decidimos construir una ciudad de papel sobre la pared. Primero, empleando el dibujo colaborativo, dibujamos los edificios en los que vivimos en un papel y a continuación las personas y otros seres vivos que los habitan.
Recortadas las formas las distribuimos en el espacio, pegándolas en la pared a modo de mural. Una vez ubicadas, reflexionamos sobre conectar una casa con la otra y a repensar la ciudad desde los cuidados y desde la accesibilidad. Quien nos cuida en nuestro día a día, qué recorridos llevan a cabo en la ciudad? Se trata de hacernos conscientes de los trayectos de las personas cuando nos acompañan, nos hacen la comida, nos compran algo, o comparten su tiempo con nosotros. Y nosotros, a quién cuidamos?
El mural en collage permite también modificar la ciudad y jugar así desde la utopía, redistribuyendo los espacios y edificios para crear una ciudad que privilegia los cuidados. Se trata de generar una ciudadanía crítica que participe en el diseño de su entorno, desde una mirada colectiva, contribuyendo a conformar espacios de calidad para todas las personas que los habitan.